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El amor por el tiro deportivo florece en la familia Soares
La vida de los experimentados tiradores de la selección nacional Mario Soares y Maribel Pineda cambió positivamente pues su hija Lorena ingresó al deporte que más les apasiona

Prensa Comité Olímpico Venezolano – 2 de octubre de 2025. por Aarón Sira.- La selección nacional de tiro deportivo ha disfrutado durante más de dos décadas de la entrega y representación en eventos del ciclo olímpico de Maribel Pineda en la pistola y de Mario Soares en la escopeta. Ahora entre ambos se asoma su hija Lorena Soares, quien da sus primeros pasos firmes en la disciplina.

Cada atleta de selección nacional sin duda sueña con que sus hijos algún día sigan sus pasos, practiquen y se apasionen por el deporte que tiene un lugar especial en sus vidas. En algunos casos no llega a materializarse el sueño, pero en otros hemos visto como un apellido se convierte en referencia y sinónimo de ese deporte y se forman dinastías.

En la familia Soares, papá y mamá crecieron ligados desde siempre al tiro deportivo y desde jóvenes su vida ha estado compartida entre casa y el polígono de tiro. Maribel dispara desde los 15 años la pistola y a partir de los 18 es selección nacional, un camino que la llevó a sumar medalla en todos los eventos del ciclo; siendo la cúspide de su carrera la medalla de plata en pistola de aire y la medalla de bronce en pistola deportiva en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, donde además sumó récord nacional y panamericano, y clasificó a los Juegos Olímpicos Londres 2012.

En cuanto a Mario, desde pequeño le fue inculcado por su papá el amor por el tiro, pues su progenitor fue uno de los miembros fundadores del Polígono de Valencia. Allí comenzó su carrera deportiva en las modalidades de fosa y doble fosa olímpica junto a sus dos hermanos y luego pasó a ser integrante de la selección nacional hasta hoy en día en los diferentes eventos del ciclo olímpico, siendo uno de los principales tiradores en su arma.

En este 2025 la grata sorpresa fue que el fruto del amor de ambos, Lorena, pasó de acompañarlos como simple espectadora en cada válida a disparar junto a su padre Mario y con ello se comienza a escribir la primera página de una nueva integrante a futuro en la selección nacional.

En principio para Maribel fue una sorpresa que su hija decidiera ingresar al tiro deportivo, pues con anterioridad había preferido el tenis y el voleibol sobre las armas y a pesar de haber disparado junto a su madre no lo veía como algo más que diversión ocasional.

“Para nosotros es un orgullo, una felicidad enorme desde que nos dijo que le encantaba la escopeta. Me dio dolor que no se fue del lado de la mamá con pistola, pero no importa porque sabemos que ella, entrenando con su papá tiene la mejor ayuda y el mejor entrenador”, comentó Maribel, que a pesar de no tener a su dupla en pistola, celebra que Lorena esté más integrada en su vida profesional.

Además, esta sorpresa ha añadido un nivel más de compenetración en una familia que desde siempre se ha considerado un equipo de tres contra el mundo. “Cada vez que la vemos preparándose y entrenando eso nos infla el corazón, porque sabemos que estamos dejando ese legado en ella y ella se siente inspirada también por nosotros”, añadió.

En el otro lado de la acera, Mario vive un momento increíble al pasar todo su conocimiento a Lorena, con el plus de vivir a través de ella ese sentimiento que lo ha acompañado toda la vida. 

“Para mí es un orgullo que a mi hija le haya gustado el tiro deportivo y más en mi modalidad. Estoy muy contento y más por ser su entrenador, la estoy formando gracias a Dios”, expresó con una gran sonrisa en el rostro.

A la crianza de vida se une entonces la preparación de una atleta que continúe sus pasos a futuro. “A ella le fascina y le encanta, quiere venir todos los fines de semana y estamos poniendo todo el empeño en que ella sea una atleta del futuro, de ese semillero que estamos tratando de formar”, agregó.

Para Lorena en cambio, más que una sorpresa, fue un amor por el tiro que se fue cocinando poco a poco hasta el punto en el que simplemente se entregó. “Toda la vida he visto esto del tiro por parte de mi mamá y por mi papá. Siempre decía que me gustaba, pero no me encantaba, hasta que un día vine con mi papá y le empecé a agarrar el amor”, explicó.

La escogencia de la escopeta sobre la pistola llegó por la emoción que le genera el estar en la fosa a diferencia de lo más tranquilo que puede ser disparar a un blanco fijo.

“Me considero una persona bastante inquieta, entonces pasar del tenis y el voleibol a la pistola de aire, era bastante fuerte. Aunque no había probado tanto la escopeta, al principio estaba con la pistola con mi mamá, y me di cuenta que allá (con la escopeta) tenía un poquito más de adrenalina y me casé con mi papá”, comentó entre risas pues el “plan” de su madre Maribel era que escogiera la pistola.

Ahora como todo proceso que se divide en etapas, Lorena debe mantener la constancia para ir haciendo un nombre propio en el deporte y más adelante cumplir la nueva meta, integrar la selección nacional.

“Estoy muy emocionada de ser parte de esto, porque además de ser un deporte que ahora me gusta y al que ahora le estoy poniendo empeño, estoy con mis papás. Estamos más unidos y puedo ser parte de la historia de ellos en este deporte. Teniendo además a mi papá de entrenador que es el mejor”, agregó.

Con un ciclo olímpico que apenas iniciará para todo el mundo deportivo en los Juegos Bolivarianos Lima-Ayacucho 2025, no es descabellado pensar que en algún próximo evento podremos ser testigos de este especial trío de tiradores sumando medallas.

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Prensa COV
Oct 2, 2025