22 de febrero de 2024.- A Luis Fernando Larrazábal no se le agota la satisfacción de haber clasificado a los Juegos Olímpicos París 2024.
“Definitivamente es una emoción. Mi sueño y creo que el de cualquier atleta de alto nivel y en su disciplina, es lograr llegar a la olimpiada, a representar a su país en unos Juegos Olímpicos. Siempre ha sido una meta que he tenido desde pequeño. He soñado en cumplirla, pero me la he puesto mucho en mi cabeza, hacerla realidad. Tener esta oportunidad y haber clasificado, bueno…mi felicidad y la de mi equipo, mi familia, mi esposa. No te puedo explicar la cantidad de gente, que todos llevan un pedacito de ese logro. No es lo mi felicidad personal, sino la muchísima gente que ha venido apoyándome, desde hace muchos años”, reflexiona el jinete de 32 años.
Larrazábal, mantuvo las esperanzas vivas en la dos vías de clasificación posibles: Juegos Panamericanos Santiago 2023 y ranking del continente americano de la Federación Internacional de Deporte Ecuestre (FEI): “No ejecutamos como lo pensamos y allí quedé justo afuera de la clasificación (sobre Santiago 2023), pero inmediatamente, al ver los que clasificaron, saqué mis cuentas y me di cuenta de que si todo estaba como yo había planeado, ya había logrado la clasificación, por lo menos para el país. En ese momento me emocioné mucho, pero mantuve la incertidumbre hasta que lo publicó la FEI y bueno, me sentí un poco más cerca de París. Ya con la confirmación al Comité Olímpico Venezolano, esto ha sido una celebración 24/7”, realza el valenciano.
Larrazábal hace honor a la tradición familiar de la cría de caballos: “Arrancó por mi abuelo, Eduardo Larrazábal, que era veterinario. Fundó un criadero muy grande en Venezuela, el Haras San Francisco, que criaba caballos de carreras. Mi papá (Juan Pablo) lógicamente se crió con caballos y también fue veterinario. Mi mamá (Anabel) no tenía nada que ver con caballos, pero se fue involucrando y termino montando. Obviamente yo nací a caballo. Desde que nací, recuerdo estar en un caballo montado. Desde los tres años montando a caballo”, describe el graduado en Negocios Internacionales en Lynn University en Estados Unidos.
“Siempre en la modalidad de salto. Definitivamente la pasión y el amor por el caballo. Hoy en día, entendí porque uno de chiquito, logra esta conexión inocentemente con un animal. Era algo que venía naturalmente en mí. Yo a la vez soy muy competitivo y me gusta ganar. Practiqué fútbol, tenis. Pero al final, poder combinar competencia y estar sobre un caballo. No había deporte que le pudiera ganar a ese sentimiento y a esa combinación”, zanja Larrazábal sobre la decisión final por el deporte ecuestre.
Condara completerá el binomio en París 2024: “Tengo año y medio trabajando con ella. La conexión que hemos tenido desde el día uno ha sido increíble. Dios quiera que nos mantengamos sanos ambos y ya está confirmado que contaré con ella”, apunta Larrazábal sobre la yegua que tiene como propietaria a Victoria Heurtenatte.
“Tengo mi plan de competencia, muy bien administrado, ya que quiero que llegue la yegua y mi persona en nuestro mejor momento. Agarré eventos muy puntuales, que quiero hacer con ella, que son eventos del nivel olímpico para poder medirme e ir viendo donde estoy parado. Estoy trabajando mucho con un psicólogo deportivo (Anette Paterakis). De mi equipo es una de las principales. Mi plan es mantenerlo, competirla (a Condara), llevarlo con calma. No ponerla a hacer de más. Las cosas puntuales, que se muestren en la pista. Trabajar yo mucho en lo físico y en lo mental. No solo que la yegua esté bien, sino como atleta que yo esté bien. Mantenerlo sencillo. Nos confiamos mucho, tenemos muy buena relación. Si alguien tiene que trabajar soy yo más que la yegua. Un día a la vez”, confiesa Larrazábal desde Wellington, Florida.
“Me quedo en Estados Unidos hasta junio, y arrancando julio viajo a Europa con la yegua. Vamos a estar cerca en Francia. Mi plan es hacer allí tres o cuatro eventos antes de las olimpiadas, para acoplarnos un poco al lugar, a todo. No llegar a último momento”.
Juan Larrázabal, hermano de Luis Fernando, compitió por Venezuela en los Juegos Panamericanos Toronto 2015 y actualmente forma parte de su equipo. Así como también su esposa Alexia Thermiotis, por igual, jinete de salto.
“Te vas dando cuenta de que hay mucha gente afuera apoyándote. La verdad que el cariño ha sido enorme. Y me sentí muy afortunado, muy orgulloso. Tengo mi equipo de trabajo que está detrás de mí para tratar de llegar en la mejor forma posible yo y mi caballo. Tengo ganas de que esta sea la primera de muchas (olimpiadas). Dios quiera que está conversación que tenemos, la repitamos en cuatro años”, confiesa el jinete entrenado por Ezequiel Peralta de Argentina.